El acero inoxidable es el material más utilizado en la industria alimentaria. Nuestros dispensadores se fabrican en chapa de acero inoxidable con la calidad AISI-304L, una de las más utilizadas en el sector. Resultante de una aleación de hierro, cromo y níquel y manganeso en menor medida.
El acero inoxidable comenzó a utilizarse a principios del siglo XX y supuso una revolución en la industria alimentaria.
La norma europea que delimita el diseño higiénico
La referencia internacional es la norma UNE-EN ISO 1672, titulada «Maquinaria para procesado de alimentos: conceptos básicos y requisitos de higiene». En ella se señalan las condiciones que deben cumplir las máquinas de preparación y procesado de alimentos. El objetivo es reducir riesgos para la salud relacionados con la manipulación de productos alimenticios.
Las características notables del acero inoxidable
Para los fabricantes, el acero inoxidable es perfecto por su conformado, soldado y pulido. Esto lo convierte en el material más utilizado en la industria de la leche y productos lácteos, la del vino, la cerveza y las dedicadas a elaborar alimentos derivados de la carne, el pescado, harinas y cereales, fruta y demás.
El acero inoxidable también se emplea en superficies de trabajo, utensilios y maquinaria de preparación de alimentos. En general, está presente en todas las cocinas industriales, instalaciones y maquinaria auxiliar que tienen contacto los alimentos.
La higiene es la clave que explica el uso tan extendido de este material. Estas son las principales características que lo convierten en básico en el sector alimentario:
- Es muy resistente a la corrosión provocada por diversos factores.
- Tiene una superficie compacta, nada porosa.
- Ofrece una gran resistencia a las variaciones térmicas.
- Es muy resistente a tensiones mecánicasy choques.
- No está recubierto de protecciones que se degraden con facilidad.
- Aporta un alto grado de capacidad de limpieza.
El objetivo es impedir la contaminación de las materias primas, así como evitar el crecimiento de bacterias. Esto se consigue con un material como el acero inoxidable, que puede ser limpiado en profundidad sin verse alterado.
La resistencia a la corrosión
Cualquier metal se oxida en contacto con el oxígeno. También lo hace el acero inoxidable. Lo que hace que se le llame así es que, en comparación con el acero normal, puede soportar mucho más tiempo y uso antes de mostrar signos de desgaste.
Cabe mencionar los aceros inoxidables austeníticos por su especial resistencia a la corrosión. En este grupo encontramos el inox 304 e inox 316. La diferencia clave entre ambos grados de aceros es que el inox 316 contiene molibdeno, además de todos los componentes de la aleación de hierro, carbono, cromo y níquel. El molibdeno mejora drásticamente la resistencia a la corrosión, especialmente en los ambientes más salinos o expuestos al cloruro.